Si se está planteando vender un diamante, quizá haya oído hablar del informe de graduación de diamantes del GIA. El hecho de contar con este informe puede incrementar el precio de venta de la gema. Dicho informe resulta útil para determinar el valor del diamante, así que no está de más familiarizarse con toda la información relevante que proporciona, como los detalles y las características únicas de la pieza. Tras una inspección realizada por los gemólogos diplomados del GIA, el diamante se gradúa según múltiples patrones. No obstante, lo que acaba decidiendo su valor no es el informe en sí mismo, sino cómo lo interpreta el comprador profesional, y la ley de la oferta y la demanda.
Si posee un informe de graduación de diamantes emitido por un laboratorio acreditado, CIRCA puede indicarle el valor aproximado de su gema antes de verla. No obstante, tenga en cuenta que cada laboratorio aplica sus propios criterios al graduar los diamantes y que, por lo tanto, una misma piedra puede obtener valoraciones distintas por parte del GIA y de cualquier otra institución. Dado que el atractivo de un diamante –y, por ende, su valor– se basa en su belleza general, nuestros compradores necesitarán examinarlo físicamente antes de establecer su valor.
Si no cuenta con un informe de graduación de diamantes, no pasa nada. CIRCA se enorgullece de contar con compradores expertos, altamente cualificados y capaces de inspeccionar diamantes con o sin informes del GIA para detectar los matices que maximizan su valor. En resumen, disponer de un informe de graduación de diamantes del GIA resulta práctico a la hora de vender un diamante, pero no es indispensable para recibir una oferta de CIRCA.
A continuación se detalla en qué consiste un informe de graduación de diamantes del GIA, se desglosan los datos que incluye y se explica cómo interpretarlos.
Un informe de graduación de diamantes del GIA es un documento que emite el Instituto Gemológico de América tras un examen exhaustivo y meticuloso de cada gema. Dicho documento proporciona información sobre todas las características importantes del diamante; recuerde que su valor no solo depende del color, la pureza, el peso y la talla. Todo diamante es único e irrepetible. De hecho, cada uno de ellos estuvo expuesto a condiciones y elementos naturales distintos durante su período de formación bajo la corteza terrestre y puede haber sufrido desgastes tras emerger a la superficie; así pues, cada raya, inclusión, imperfección o cualquier otra marca identificativa debería figurar en el informe en cuestión.
Para evaluar un diamante, los gemólogos diplomados del GIA lo inspeccionan bajo un microscopio estándar con un factor de aumento de 10x con tal de determinar sus características únicas, incluidas las denominadas "4C" (peso en quilates, color, pureza y talla, en alusión a la terminología en inglés "carat", "color", "clarity" y "cut") y varias más.
Tras haber esbozado en qué consiste un informe de graduación de diamantes, ahora profundizaremos un poco más. ¿Cuáles son los diferentes factores que los gemólogos tienen en cuenta al graduar un diamante y qué significan? Examinemos un informe de graduación de diamantes.
El número del informe GIA es un número de identificación único para cada diamante evaluado que emite el propio Instituto Gemológico de América. Puede hacer referencia a este número cuando trate de vender su diamante.
La forma y el estilo de talla indican cómo se ha tallado el diamante. Estas son algunas de las formas más habituales:
Las medidas de un diamante se definen por su longitud, anchura y profundidad, expresadas siempre en milímetros.
El peso de un diamante se expresa en quilates.
La mayoría de los diamantes se gradúan según una escala de incoloridad. Los diamantes incoloros se clasifican por la ausencia de color (la piedra puede mostrar trazas amarillas, marrones o grises debido a la presencia en su interior de elementos naturales como el nitrógeno). Los diamantes totalmente blancos son más raros y codiciados, así que menor color se traduce en mayor valor. En cambio, con los diamantes de color fantasía ocurre todo lo contrario: en general, cuanto más saturado esté su color, más valiosos serán.
Para medir el grado de incoloridad de los diamantes se utiliza una escala alfabética de la D a la Z. La letra D (blanco excepcional +) corresponde a los más incoloros, es decir, los más valorados. Los diamantes E (blanco excepcional) y F ( blanco extra +) son los siguientes de la lista y también se consideran incoloros, si bien presentan una ligerísima coloración. En los diamantes G (blanco extra), H (blanco), I y J (blanco con ligero color) se empiezan a percibir sutiles trazas amarillentas. A partir de la letra K, los diamantes muestran notables rastros amarillos hasta llegar a los últimos de la escala (X, Y, Z), que tienen un alto grado de color.
La pureza se define por la ausencia de inclusiones e imperfecciones en el interior y en la superficie de la gema. En este sentido, cuantas menos impurezas haya, mejor.
Las inclusiones son defectos naturales situados en el interior del diamante y pueden ser producto de las intensas condiciones de presión y temperatura a las que ha estado expuesta la gema durante su formación. Otras inclusiones se producen cuando ciertos materiales extraños quedan atrapados dentro del diamante conforme va creciendo.
Algunos ejemplos de inclusiones son los cristales, las plumas, las manchas oscuras de carbón y el granulado. Por su parte, las imperfecciones que aparecen en el exterior del diamante suelen ser manchas de desgaste causadas por la acción humana, como las fracturas, las abrasiones y las rayaduras.
Cuando los gemólogos gradúan la pureza de un diamante basándose en la escala del GIA, tienen en cuenta el tamaño, el tipo, la cantidad y la ubicación de dichas impurezas.
La talla se define por los ángulos y las proporciones de las distintas facetas del diamante. Cada diamante se gradúa en función de la calidad de su talla. Las proporciones de los ángulos de cada faceta condicionan la manera en que la piedra refleja la luz y crea los efectos de "brillo", "fuego" y "centelleo". Casi todos los diamantes que reciben la valoración "excelente" del GIA tienden a brillar con fuerza, mientras que los considerados de talla "pobre" interactúan mucho menos con la luz y pueden parecer apagados y deslucidos.
El pulido se define por la presencia de abrasiones, quemaduras, muescas, asperezas, fisuras o ralladuras en cualquier punto de la superficie del diamante. Tras tallar la gema, esta se pule para otorgarle un acabado impecable, pero durante este proceso a veces se le ocasiona un daño mínimo y normalmente imperceptible a simple vista. Así pues, al graduar el pulido de un diamante, el gemólogo buscará indicios de esta clase de imperfecciones en el filetín y en cualquier faceta, incluidas la tabla y la culata.
La simetría se define por el grado de proporcionalidad en distintos aspectos del diamante, como los ángulos de la corona, la variación de altura, el grosor del filetín, la variación porcentual de la mitad inferior, la deformación de las facetas, la variación de la profundidad del pabellón, la alineación de la tabla, etc. La simetría tiene un impacto en la belleza general del diamante y altera su capacidad de reflejar y refractar la luz.
La fluorescencia es un efecto que aparece bajo la luz ultravioleta (UV). Los diamantes con un grado de fluorescencia tenue o medio pueden parecer ligeramente opacos. Normalmente, la fluorescencia es de color azul, pero también hay diamantes con fluorescencia amarilla o incluso blanca y de otros colores (algo menos habitual). Por su parte, los diamantes con un grado de fluorescencia intenso o muy intenso tienen una apariencia bastante turbia, blanquecina u opaca a simple vista y emiten un resplandor potente y saturado bajo la luz ultravioleta. Alrededor del 10% de los diamantes presentan cierto nivel de fluorescencia. Los más caros (de tamaño grande y color D, E o F) se consideran mucho más valiosos si no presentan fluorescencia; sin embargo, en casi todos los demás casos (sobre todo cuando la fluorescencia es tenue) este fenómeno rara vez afecta a la naturaleza visual de la piedra. Cabe mencionar que los vendedores suelen rebajar entre un 5 y un 40% el valor de los diamantes que poseen una fluorescencia intensa en comparación con los que carecen de ella.
En este apartado se indica si el filetín del diamante tiene alguna inscripción láser con el número del informe de graduación o cualquier otra marca distintiva. No todos los diamantes presentan inscripciones, pero de tenerla estará en esta parte.
Representación gráfica de las medidas del diamante.
Diagrama o mapa que ilustra la posición exacta de todas las impurezas detectadas en el diamante, ya sean inclusiones o imperfecciones (por ejemplo, plumas, cristales, perforaciones con láser o fracturas, entre otras).
Ahora que se ha familiarizado con el informe de graduación de diamantes GIA, seguro que entiende mejor las características que valorarán los posibles compradores al examinar su gema. Hay pocos profesionales cualificados capaces de identificar los matices que incrementan el valor de estas piedras preciosas.
Los compradores de diamantes de CIRCA son expertos que respetan y siguen los estándares del GIA a la hora de valorar estas gemas. Recuerde que un diamante no es menos valioso por no contar con un informe GIA; estos simplemente ayudan a detectar y evaluar las características positivas y negativas de las piedras, pero no siempre son necesarios para recibir una oferta de CIRCA.
Los compradores de diamantes de CIRCA son expertos altamente cualificados que, mediante una inspección física, pueden determinar las características de cualquier diamante con o sin informe de graduación GIA. Gracias a los conocimientos de nuestro equipo, al uso del sistema internacional de graduación de diamantes™ GIA y a nuestra red de distribución en Asia, Europa y América, nuestros clientes pueden estar plenamente seguros de que recibirán la mejor oferta posible y el pago inmediato por los diamantes que decidan vendernos. Concierte una cita o venda sus joyas online al mejor precio hoy mismo para recibir el pago inmediatamente.