En 1971 presentó el primer brazalete "Juste un Clou" para Cartier. El propio nombre en francés significa "Sólo un clavo", pero no se trataba de un diseño cualquiera. La idea de que algo tan industrial y corriente pudiera convertirse en algo tan elegante y sexy, tanto para hombres como para mujeres, fue revolucionario para la época. "Juste un Clou" se desmarcaba de los estilos atrevidos del pasado y convertía sus joyas minimalistas en algo accesible y moderno.
El diseño del herraje causó sensación y se convirtió en un icono de Cartier. Desde entonces, el "Juste un Clou" se ha reproducido en una gran variedad de variaciones, incluyendo oro amarillo y rosa, y decadentes pulseras de diamantes, anillos, collares, pendientes y mucho más. A hoy en día, "Juste un Clou" es una de las colecciones más codiciadas por los entusiastas de la joyería de todo el mundo, un testimonio de la extraordinaria visión de Aldo Cipullo y Cartier hace más de 50 años.