¿Qué es la fluorescencia de los diamantes y hasta qué punto se considera positiva o negativa?
La fluorescencia es un efecto que aparece bajo la luz ultravioleta (UV) debido a la incorporación de elementos naturales, como el boro, el nitrógeno o el aluminio durante la formación del diamante a lo largo de miles de millones de años. Los electrones de dichos elementos absorben energía de los rayos ultravioleta, lo cual provoca que la liberen en forma de fotones para regresar a su estado natural estable. El resplandor que emite un diamante en estas circunstancias se denomina “fluorescencia“.
Los diamantes con un grado de fluorescencia tenue o medio pueden parecer ligeramente opacos. Normalmente, la fluorescencia es de color azul, pero también hay diamantes con fluorescencia amarilla o incluso blanca y de otros colores (algo menos habitual). Por su parte, los diamantes con un grado de fluorescencia intenso o muy intenso tienen una apariencia bastante turbia, blanquecina u opaca a simple vista y emiten un resplandor potente y saturado bajo la luz ultravioleta (UV). Tan solo el 10% de los diamantes presentan cierto nivel de fluorescencia.
La presencia de cualquier grado de fluorescencia en los diamantes ha sido objeto de escrutinio entre expertos y aficionados últimamente, pero no siempre se le ha prestado tanta atención a este efecto. De hecho, hace solo veinte años, la mayoría de los compradores pasaban por alto su impacto visual a menos que fuera notable. La devaluación de los diamantes que exhiben esta cualidad es algo reciente y una exageración a ojos de muchos.
¿La fluorescencia de los diamantes es algo positivo o negativo? La verdad es que depende. Los más caros (de tamaño grande y color D, E o F) se consideran mucho más valiosos si no presentan fluorescencia; sin embargo, en casi todos los demás casos (sobre todo cuando la fluorescencia es tenue) este fenómeno rara vez afecta a la naturaleza visual de la piedra. Así pues, la presencia de fluorescencia nunca es positiva, pero a veces tampoco tiene un impacto negativo; todo depende de las otras características del diamante y de su belleza general.